Durante la primera filmación de Men in Black hay una escena donde se revela que muchas personas y algunas celebridades como Silvestre Stallone y Danny DeVito forman parte de la población alienígena que reside en la tierra.
Uno de esos cameos se pretendía que fuera Michael Jackson o así lo había imaginado el director. Pero por algunas situaciones no pudo concretarse. Sin embargo, luego de que Michael vió la cinta en una sala en París se quedó hasta el final e incluso hasta después que acabaran los créditos.
Impactado por la cinta buscó a Barry para unirse a una potencial secuela, pero no como alienígena. La única condición era usar el icónico smoking de los hombres de negro. Esa es la razón de verlo en la segunda entrega en la Antártida, rodeado de pingüinos para concluir su informe con Z.