La naturaleza parece ir siempre un paso adelante del ingenio humano y cuando creemos haber desarrollado algún invento único de nuestro intelecto, aparece algún animal que nos demuestra cuán rezagados realmente estamos.
Uno de los más sorprendentes descubrimientos de esta capacidad modeladora de la naturaleza, fue hallado en forma de engranajes dentados en las patas de un pequeño insecto, un mecanismo poco de imaginar en un organismo.
Issus coleoptratus es un minúsculo insecto que no sobrepasa los 7 milímetros de longitud. Se alimenta de follaje y no tendría una notoriedad particular de no ser por el interesante mecanismo de sus patas traseras, el cual fue explorado en un artículo publicado el 13 de septiembre de 2013 en la revista Science.
(http://www.sciencemag.org/lookup/doi/10.1126/science.1240284).
En el estudio se utilizaron microscopios electrónicos para observar las patas traseras del insecto, las cuales se encuentran unidas por estos engranajes. Esto garantiza que, al momento de saltar de una hoja a otra, las patas se muevan exactamente al mismo tiempo, permitiéndole a I. coleoptratus tener un mayor control sobre su trayectoria.
Los científicos describen el mecanismo como una solución elegante a un problema que el sistema nervioso del insecto no pudo solventar. Esto es porque las señales neuronales para impulsar las patas pueden llegar a desfasadas. Este desfase, por mínimo que sea, puede desviar el salto del insecto haciendo que aterrice en un lugar inconveniente. Los engranes garantizan que ambas patas habrán de realizar juntas el movimiento independientemente de ese desfase, una solución, en principio, sencilla, pero formalmente increíblemente compleja.




📸: Universidad de Cambridge (M. Burrows y G. Sutton)/CC-BY-SA-3.0: Engranajes en las patas de Issus coleoptratus