El jurado considera que en ‘Kraken’ se relaciona magistralmente la poesía, el ensayo y el conocimiento científico; “es un libro transgresor, irónico, lúdico y crítico”, señala.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) en colaboración con el Instituto de Cultura de Durango, nombraron ganador del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2024 a Balam Rodrigo Pérez Hernández, por su obra Kraken.
El jurado —conformado por la ensayista Mariana Oliver; la poeta y profesora Ingrid Solana y la ensayista, Natalia Mendoza— consideró que el texto abre numerosas preguntas sobre la relación entre poesía, ensayo y conocimiento científico. También destacó que es un libro transgresor que, acorde con el arrojo de la obra de José Revueltas, coloca en tensión la validez y el prestigio de ciertos discursos. Además, el acta deliberativa resalta que Kraken es un libro irónico y lúdico que juega con la potencia del mito y la metáfora como formas de conocimiento y los convierte en una perspectiva crítica.
Al respecto, Balam Rodrigo destaca la importancia y el prestigio del certamen, al que considera uno de los pocos que premia el pensamiento crítico y la creación literaria. Además, menciona que entre las personas que han sido galardonadas con este premio en ediciones anteriores se encuentran escritoras y escritores que admira y que, además de escribir ensayo, también escriben poesía y otros géneros literarios.
Referente a la temática de la obra, el autor comenta que escribió Kraken debido a su fascinación por los calamares. El calamar gigante, como todo monstruo, “encarna algunos de nuestros más profundos miedos y su condición inmensurable nos recuerda nuestra condición mortal.
“Mi intención literaria fue utilizar estos temores y fascinación por lo monstruoso y desconocido, así como el antiguo y actual conocimiento naturalista y científico sobre el calamar, y dotarlo de nueva significación lírico-ensayística.
“Por ello me propuse, desde un ángulo poético y científico, escribir otra versión literaria sobre este cefalópodo colosal que despierta nuestra olvidada animalidad, pero, sobre todo que anima nuestro conocimiento científico, poético y biológico del mundo”, agrega.
Pérez Hernández comparte que la obra es, también, una dura crítica contra lo que denomina “mascotización y jardinización de la naturaleza”, es decir, “contra la domesticación y extinción de millones de otros organismos que habitan nuestro planeta y un manifiesto a favor del derecho a la bestialidad, a la existencia de la naturaleza en estado salvaje, a que los seres humanos no subyuguen ni domestiquen ni traten de forma indigna a los seres no humanos”, puntualiza.