Los científicos descubrieron un evento muy inusual: un enorme agujero negro que no está quieto en el centro de su galaxia, como la mayoría lo hace. En lugar de eso, se está moviendo a través del espacio a una velocidad increíblemente rápida de 110,000 mph.
Este agujero negro está en una galaxia llamada J0437+2456, que está extremadamente lejos de nosotros (a 230 millones de años luz de distancia). También es enorme—alrededor de 3 millones de veces más enorme que nuestro Sol.
Los astrónomos han observado un raro fenómeno: un agujero negro supermasivo moviéndose aproximadamente a 110.000 millas por hora (177.000 km/h) dentro de su galaxia anfitriona, J0437+2456, ubicada a unos 230 millones de años luz de la Tierra. Este agujero negro tiene una masa aproximadamente tres millones de veces la de nuestro Sol.
Para averiguar si el agujero negro se movía, los científicos utilizaron un método especial llamado VLBI, que une varios radiotelescopios para hacer observaciones muy detalladas. Miraron tipos específicos de galaxias que emiten señales de moléculas de agua cerca de los agujeros negros (llamados masers del agua). Estas señales pueden ser usadas como el radar, estudiando cómo cambian las señales (cambio Doppler), descubrieron cuán rápido y en qué dirección se está moviendo el agujero negro.
De las 10 galaxias que estudiaron, sólo una—J0437+2456— tenía un agujero negro que se movía. Todos los demás tenían agujeros negros que se quedaban en su lugar. Esto confirmó que algo inusual está sucediendo con este agujero negro específico.
Una posible razón para el movimiento del agujero negro es que podría haberse formado a partir de la colisión de otros dos agujeros negros. Cuando los agujeros negros se fusionan, pueden emitir ondas gravitacionales de manera desigual, lo que puede darle al nuevo agujero negro una “patada”, haciendo que se mueva como una bala de cañón.
Otra idea es que este agujero negro no está solo. Podría estar dando vueltas alrededor de otro agujero negro en una especie de danza cósmica—un sistema binario. La razón por la que no hemos visto al compañero podría ser porque no emite el mismo tipo de señales (masers), por lo que permanece oculto.